lunes, 30 de julio de 2007

Elena

Sucede que hace mucho tiempo; más allá del tiempo, Elena empacó sus cosas y partió. Lo hizo por alguna razón desconocida, por su respeto al azar tal vez. Acá sus años han pasado sin más. Ahora Elena camina a duras penas, su piel está chamuscada. De su casa nunca se le ve asomarse si quiera, salvo para recibir el correo. La sombra temblorosa de su mano recibiendo al cartero es capaz de cobijar la ternura de la humanidad. Hace unos meses Elena decidio regresar a su pueblo natal en busca de señales. Pasó por su escuela, por el negocio de la esquina, por su casa, por los árboles que sembró su padre cuando era niña y nada estaba, ya nada era. Se sintió vacía, le dolían los pies y se sentó con cuidado en un muro hasta ver el sol desaparecer. Elena buscaba el sol, buscaba señales.


4 comentarios:

Santey Herco dijo...

a la busqueda del algo, nunca se le encuentra tan facilmente, será que acaso tenemos que dejarle sentada en la afuera de casa, sera que debemos dejarle oxidar, sera que debemos de dar algo al algo para que algo sea algo para nuestra pobre alma sin algo...

Samuel Medina dijo...

Christian:

Espero que estés bien.

Pasa por mi blog: perspectivasinciertas.blogspot.com porque te escogí para El Juego de las 8 Divulgaciones, las reglas están ahí.

Saludos

dijo...

¿será que esa búsqueda nunca llega a su fin?

nicolececilia dijo...

tiene un aire a pedro páramo