jueves, 27 de diciembre de 2007

.

Tienen razón.
Como todo: cada post
anula al anterior.

lunes, 24 de diciembre de 2007

La silla


Se sentó, como siempre, en el reducido balcón. Escogió la silla oxidada; su favorita. El limo que nacía de las paredes amenazaba con llegar pronto a la silla. Todos los días después de mirarse al espejo se sentaba en la silla a contemplar el limo y el poco paisaje que se colaba por entre los barrotes del balcón. En ese poco paisaje se asomaban gentes a gritarle improperios, que descifraba mediante éso que llaman lectura de labios. Ahora, alguien caminaba cargando unos paquetes. Le sonrió esporádicamente a la vieja. Ella a penas pudo ver la sonrisa, un pequeño paisaje, que se metió por entre el balcón. Su piel toda demacrada se erizó.
Al otro día no se miró al espejo. Se sentó, como siempre, en la silla a esperar. Esta vez el limo le subía lento por los tobillos.

sábado, 22 de diciembre de 2007

anotación # 7


Saberte aquí

es esta cosa falsa

que me empuja

siempre

a inventarte

de nuevo.

lunes, 10 de diciembre de 2007

...la alegría

...defender la alegría de la obligación de estar alegres.
-benedetti-


La alegría es un animalito silvestre.
Si se le persigue mucho
se deprime y llora.

lunes, 26 de noviembre de 2007

26.11.07

Mi vieja se levantó otra vez, preguntándome la hora y el día. Siempre se levanta en intervalos a cuestionarme las horas de los días.
¿A qué hora llegaste de la fiesta ayer? -me preguntó-
-Mami, ayer no salí. Estuve contigo
observándote mientras dormias-
Se le pierde la mirada y me sonríe.Ella no sabe que quiero ser como ella y no saber del tiempo,

ella no lo sabe.

jueves, 22 de noviembre de 2007

plaxo



El colectivo de arte PLAXO presenta:
arte, poesía y música
Pintura, Dibujo, Fotografía, Grabado, Escultura, Performance, Música Experimental

Book Boulevard, Centro Europa, Santurce (Frente a Bellas Artes)
Jueves 29 de noviembre de 2007
6:00pm


Artistas:
Xavier Valcárcel
Luis Pérez
Amanda Alonso
Rafael Díaz

Performance:
Emanuel Torres

Artistas Invitados:
Omar Velázquez
Xavier Pérez

Poesía:
Xavier Valcárcel
Christian Ibarra

En la música:
Orca

CIRCO





Soy profesional olvidando fechas.

17 de noviembre del 2007: día en que conocí el CIRCO y sus colores.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Irse







Al principio, irse era un verbo sencillo. Te podías ir de un parque y dejar ahí abandonadas ciertas hojitas, que quizás quisiste por un rato, sin que necesariamente esto te incomodara mucho. Irte de un bar, o salir contento de la biblioteca porque encontraste lo que buscabas. Encontrar lo que buscabas te llenaba de una manera increíble, las causas, los efectos y todas esas estupideces que la gente evade. Siempre fuiste el último en irte del cine. Te gustaba ver cómo quedaba todo después de la multitud.
A decir verdad, irse te complicaba un poco. Alejarte del mar por ejemplo, te dejaba un pequeño “hueco” que hasta hoy, no has sabido explicar. Dijiste que era como quitarle las semillitas a las uvas y que ése “hueco” resultaba ser la falta de ésas semillitas.
Con el tiempo irte te fue complicando. Descubriste que no sólo los árboles sueltan raíces. Pero se te hizo tarde, demasiado tarde. Descubriste el duro golpe del regreso.

lunes, 5 de noviembre de 2007

el Whopper nuestro de cada día.






- Glenda!!

- ¿Mary?!! chacha mija!.. tanto tiempo, ¿como tu estás?

- Aay todo bien nena. Con calor, ya tu sabe'.

- Oye, ¿te enteraste?

- ¿Que si me entere de qué?

- Mataron a Wilfredo.

- ¿A cuál Wilfredo?

- A Wilfredo chica, al hijo de doña Pura, el del "Mercedes" rojo.

En tono forzado:


- Ayy muchacha! ¿enserio? andito...

- Si, 15 tiros parece.

- Diablo!!! Bueno, nena te dejo que tengo q llevarle comida a los nenes.

- Ah, está bien. Bye, cuidate.

- Igual. Chofer!! me deja en el Burger King.

viernes, 2 de noviembre de 2007

La Prensa

Se reunían unos pocos y entre pocos leían sus últimas aglomeraciones de palabras. Después de unas copitas las palabras iban formando mundos pequeñitos, maravillosos y esto era suficiente.
Tiempo después, en la prensa anunciaban una de sus lecturas. Las expectativas no les cabían en los cuerpos. A algunos se les enloquecían como siempre, las glándulas sudoríparas. El lugar se llenó de pronto de una multitudinaria masa. Pero a medida que las horas avanzaban, las expectativas se fueron desarmando, se iban achicando cada vez más hasta que el cuerpo, al final, pudo más que las expectativas.

martes, 23 de octubre de 2007

3:33 am




Robarle horas al sueño
nunca el sueño a las horas.






lunes, 15 de octubre de 2007

paraguas




Cuando se despidieron él aguantaba el paraguas. Su tía Lucy le abrazó fuerte y puso en el bolsillo derecho de su chaqueta una piedra de regalo. Ella desapareció a lo lejos.
Poco a poco, él se fue internando en las aceras encharcadas y el bullicio de la ciudad. Le hizo señas a un taxi. Cerró el paraguas lentamente con la mirada perdida y comprendió que eso era el adiós.

jueves, 11 de octubre de 2007

Instrucciones para bostezar

a : dana



Elije preferiblemente un lugar tranquilo: ya sea un café de bonitas baldosas, alguna plaza, quizá un vagón de tren. Intenta resumir tus últimos recuerdos en pocos segundos. Observa a tu alrededor. Identifica una persona y mírala fijamente con el vértice del ojo. Vuelve a resumir tus últimos recuerdos. Ahora, bosteza sin más, hasta que de tus ojos broten algunas lagrimitas y tu cuerpo se estremezca levemente. No pierdas de vista a la otra persona, ya que ésta sonreirá agradecida, cuando se vea como tu, bostezando, con lagrimitas en los ojos.

Duración aproximada del bostezo: la alegría.

lunes, 8 de octubre de 2007

otra vez





Porque traía las manos en los bolsillos, la guagua siguió de largo.



martes, 25 de septiembre de 2007

Ésa mano





Mi mejor amigo era ciego. Era un niño normal y como todo ciego, le tocaba el culo a todas las niñitas del colegio, con su ceguera como excusa, decía que su mano siempre se equivocaba.
-Ser ciego tiene sus ventajas, me decía-
A los siete años hacía todo y más de lo que podía hacer un niño a esa edad. Después de un tiempo perdimos contacto.
Hace poco le vi en una estacion de tren, después de vientisiete años. Su cara es la misma. Cuando le dije que era Javier se me abalanzó encima y me palmoteó la espalda varias veces. Hablamos un rato. El hablaba más, yo en cambio escuchaba.
-¿Qué te pasa? preguntó-
-¿A mi? nada, le contesté. No me pasa nada.-
-A ti te pasa algo, insistió. Mírame a los ojos, me dijo-
Lo miré. Puso su mano en mi hombro unos segundos y dijo:
-Estás triste, Javier-
Mi tren se acercaba, nos despedimos. Ésa mano no se equivoca pensé. El tren partió.



sábado, 15 de septiembre de 2007

anotación # 6




Hurgando
en
tu mano
descubro
otra
parte de
tu mano.
Sin país
ni
geografía
posible.
Un breve
espacio
próximo
a la
nostalgia
es decir;
al confort
necesario.

Aquella lluvia





Mi viejo era gerente de un cine en San Juan. Ese día, me cuenta, arreglaba unas cintas nuevas que le habían llegado. Le tocaba hora de almuerzo. Afuera llovía tupido y gris, no tuvo más remedio que esperar a que escampara. Aquel día el cine estaba vacío; solo él, algunos empleados y una radio. Encendió la radio, sintonizó las noticias. Era septiembre del año setenta y tres. En la radio, me dice, “anunciaban el golpe de estado que tanto temíamos escuchar”. Sus ojos pequeñitos brillaron gris y no pudo contarme más.


lunes, 3 de septiembre de 2007

Chile Herido


La invitación está hecha..! si no me gagea la voz leeré algo...

sábado, 1 de septiembre de 2007

...





hay tanto por decir, que mejor no digo nada
- señaló el mudo -



martes, 28 de agosto de 2007

anotación # 5

Ni siquiera la muerte permanece
José Emilio Pacheco


No. La muerte
no es
la muerte.
Como tampoco
es
ausencia
la
ausencia.
Ni si quiera la muerte permanece.
Nadie
va a la muerte
todos
rumbo
a
la ausencia.



domingo, 26 de agosto de 2007

26.08.07





La muerte es la antesala de la ausencia. Ayer miré el calendario. Era veinticinco de agosto. Sé que no es nada del otro mundo, pero me acordé que en un par de semanas el viejo Benedetti cumple un año más de vida. Son ochenta y siete. Me pregunto como será el mundo y las cosas cuando ya no esté. Cómo quedarán los caminos que el viejo frecuenta, el jardín botánico, las paredes, la izquierda, el roble. Ni la muerte permanece dijo alguna vez un poeta. Lo que me preocupa, lo que es para mí, realmente alarmante, es que la ausencia permanece más allá de toda muerte.



viernes, 24 de agosto de 2007

entre flores



De su vida poco se sabe, se tienen datos mínimos. Nació un septiembre en un pueblo polvoriento, muy pobre, lejos al sur de la ciudad. El primer día en que vió la luz, recibió una flor como regalo de bienvenida.
Fue sencillo. No conoció la escuela, tampoco pudo urgarse la nariz. Es septiembre aún y en la tarde le harán un hueco en la tierra.
Como es tradición, mañana si hay suerte tendrá un ramito de flores silvestres.

miércoles, 15 de agosto de 2007

heraclitosis


nombrar el mundo


como algo fácil/

comerse las uñas porque sí/

sentarse en un vagón vacío

de tren/

mirar atentamente un pescadito/

encontrarse a penas en otras manos/

sostener la taza del café

como algo tierno/

situarse en el recuerdo/

mirar el reloj/

olvidar la hora/

acostarse para hacer

lo mismo en el sueño/

no lograrlo/


viernes, 10 de agosto de 2007

¡Niños, no salgan a jugar!


¡Niños, no salgan a jugar! - replicó la madre de Jalîl con tono áspero-
Salieron a jugar en alguna calle del mundo. Jalîl propuso practicar el fútbol con una pelota hecha de papel y cinta adhesiva, de ésas que duran un rato. A los pocos minutos la pelota llegó a su fin. Rashîd propuso entonces, el juego del mar. Consistía en imaginar que el asfalto roto de la calle era el mar. De su bolsillo sacó un pedacito de tiza y comenzó a dibujar pequeños círculos irregulares en el asfalto, cada círculo era una isla. Todos tenían que saltar de isla en isla hasta llegar a la meta. El que se saliera de una isla perdía automáticamente y era devorado por tiburones imaginarios. Yucef fue el primero en llegar a la meta y en consecuencia tuvo la oportunidad de decidir cuál sería el próximo juego. No se le ocurría nada. De pronto se acordó del juego de las escondidas, ya que era experto escondiéndose. Lo conversó con sus amigos y todos estuvieron de acuerdo. Jugaron por un largo rato y ésta vez no fue la excepción. Yusef nunca fue encontrado.

lunes, 6 de agosto de 2007

anotación # 4




¿Qué son las palabras?

Sino un mínimo intento

por rescatar de la

ausencia

las cosas

que

fueron.


sábado, 4 de agosto de 2007

anotación # 3



la distancia es una puta a todas horas.
Jocelyn Pimentel


La distancia

es eso:


un germen.

Una excusa

para los puentes.



lunes, 30 de julio de 2007

Elena

Sucede que hace mucho tiempo; más allá del tiempo, Elena empacó sus cosas y partió. Lo hizo por alguna razón desconocida, por su respeto al azar tal vez. Acá sus años han pasado sin más. Ahora Elena camina a duras penas, su piel está chamuscada. De su casa nunca se le ve asomarse si quiera, salvo para recibir el correo. La sombra temblorosa de su mano recibiendo al cartero es capaz de cobijar la ternura de la humanidad. Hace unos meses Elena decidio regresar a su pueblo natal en busca de señales. Pasó por su escuela, por el negocio de la esquina, por su casa, por los árboles que sembró su padre cuando era niña y nada estaba, ya nada era. Se sintió vacía, le dolían los pies y se sentó con cuidado en un muro hasta ver el sol desaparecer. Elena buscaba el sol, buscaba señales.


viernes, 20 de julio de 2007

anotación # 2



Es cierto.

El tiempo nunca

ha tenido manos, y nunca

las tendrá.

Es mejor así.

El día que las tenga

será

demasiado obvio

su adiós.


martes, 10 de julio de 2007

Parque del amor/Lima, Perú

lunes, 9 de julio de 2007

anotación # 1




Hemos vuelto sin remedio

a la niñez lisa y llana;

a entender que la muerte

es sólo nuestro último

gesto

y nada más.


miércoles, 4 de julio de 2007

Vocación

Como a muchos que tienen una obsesión, a Ignacio le obsesionan los pies. De niño se quedaba mirando con una agudeza casi enfermiza los pies de las gentes. En los paseos, en las plazas y en todos lados observa cada detalle, cada movimiento de cientos y cientos de éstos. Ignacio está rayando la locura, para él todo redunda en esas dos extremidades. A simple vista los pies son algo común, pero según él, éstos albergan la memoria del hombre. Como Ignacio no tiene pies, ha optado por dedicar la mayor parte de su vida a ser lustrabotas.
Y así anda todo el día de rincón en rincón, en la misma plaza de armas, según él; velando por la memoria de la ciudad.



a Ignacio

miércoles, 27 de junio de 2007

28/06/07







Lima fue a penas


una flaqueza,


un sol anaranjado


bajo un cielo gris

lunes, 4 de junio de 2007

el té

-Mijito- ¿te hago un té?, ¿nos acompañas?
-No gracias, respondí-
En sus ojos rasgados un poco por la naturaleza, pero más por las vetas del tiempo se dibujó una tristeza honda. Cuando escuchó “no gracias” apretó suavemente los labios y tragó saliva.
Todos los días me pregunta si quiero té, con la esperanza de recibir un “sí” como respuesta. En realidad no soy muy amante del té, quizá se deba a esa rara afición que sentimos la gente del trópico por el café.
Siempre me siento una porquería cuando le digo “no gracias”. Y sin embargo sigo diciéndole “no gracias”.
A veces los observo escondido detrás de la ventana a los dos solos sentados en la mesa. En éste; su pacto cotidiano, curiosamente nunca hablan. Se lanzan miradas fijas pero las palabras nunca están invitadas a la mesa.
Ayer, cuando le respondí “no gracias” me fui al cuarto a leer unas cosas. Cuando salí del cuarto la casa estaba a oscuras. Se habían acostado. Fui al comedor, observé la mesa y ahí estaban las dos tazas, en sus respectivos platos. Sentí como si me hubiesen dado una puñalada y a oscuras lloré.
A fin de cuentas quizá, así sea mejor. Prefiero observarlos escondido, ya que el té para ellos es un rito, una procesión de silencios que aún no me atrevo a quebrantar.

miércoles, 30 de mayo de 2007

Exposición de mi hermano


Expo de mi hermano (altamente recomendable) y no es sólo por la sangre que nos une.

Tarea: Cosas que le gustan a Amarys

las arañas/ mi obsesión repentina por el jengibre/ hacer reír/ el acuarela/ crear/ besar por deporte/ el mangó/ mi equipo de dormir/ mis hermanos/ mirarme en el espejo de lado/ pintarme las uñas de rojo/ sentirme linda/ las pulseras/ las faldas/ los trajes/ las letras/ que me digan Maru, Maruca o Amarilla/ que me besen el cuello/ coquetear/ el calentón que se siente cuando estoy tomando el sol/ la limonada, natural, exprimida por Mami/ la medalla/ los piratas/ Fight Club/ Eternal Sunshine/ Drexler/ leer a Christian/ escuchar a Xav leer/ver a mi abuelo/ tomar fotos/ que me tomen fotos/ jugar stop/ estar con Melissa y Natalia/ viajar/ el carrucho/ la comida de Ketty/ mi situación con Tito/ sentirme útil/ pasar dos días sin pelear con Mami/ caminar descalza/ maquillarme/ un buen revolcón/ las flores/ que me regalen flores/ los collares/ las cartas/ los gatos/ el skor/ reírme hasta llorar/ que me ericen la piel/ escuchar a Jorge/ las maldades de Lugardo/ la presencia de Joelly/ la gracia de Lixandra/ que Rodrigo diga “Joey”/ comer/ arrancarme los pelos feos/ escribir nombres/ estar enamorada/ las ganas/ las batidas de chocolate/ las paletas Life Savers azules/ cantar sola en el carro/ la confianza/ la batucada/ ver a mi hermano tocar/ empatar cables/ mis labios/ sacar la mano por la ventana en la autopista hacia el Sur/ trabajar con mis hermanos/ el Photoshop/ Silvio/ soñar despierta/ Fiona/ coser/ la nutella/el terreno de la calle uno de barrio Ortiz/ Villa Paloma/ haber visitado buenos lugares/ haberle puesto caras a las historias de Melissa/ las crayolas/ recibir mensajes/ pensar que soy diferente/ las cosas rojas/ ir al cine y comer kit kat con Coca-cola/ el calor del carro después de estar en el aire acondicionado/ dormir acompañada/ buscar apartamento/ el mayoketchup/ ir a Toa Alta sólo de vez en cuando/ las papas fritas/ los corn nuggets/ cocinar/ el sushi/ las chiringas/ pesarme/ los masajes de Doel y de David Congas/ una buena cachá’/ compartir secretos/ la calabaza/ el pulpo a la gallega/ mi país/ acostarme en la grama/ comprar cosas innecesarias/ los tomates cherry con salsa ranch/ los “roadtrips”/ medirme espejuelos/

domingo, 20 de mayo de 2007

Tarea atrasadísima. (Cosas que me gustan)

Los andenes/el mar sin respuestas/el color variante del mar/doblarle las esquinas a las páginas de los libros/tener muchos libros regados/los días de lluvia/la temperatura templada/el jazz/el sonido del cello, el piano y la guitarra/Silvio Rodríguez/lo efímero del cielo/las nubes/andar en carro y mirar para arriba/tomar el tren y ver el paisaje alejarse/observar la gente en el tren/la comida de mi vieja/las manchitas que aparecen en sus manos/el futbol/jugar hasta no poder más con las piernas/mi yembe/ser exiliado en mi país/Chile/las chilenas/San Juan/la bandera uruguaya/las mujeres/el cuello y la boca de las mujeres/mi cama/las sábanas gastadas/meterme en el agua hasta que se me arruguen los dedos/la canción que mi viejo me enseñó de pequeño cuando no podía orinar/ver a las hormigas/los bolsillos/el árbol de limón de mi casa y el de tamarindo de mi vecino/comer sandia hasta no poder más/los lápices pequeños/saber que siempre tengo un bolígrafo encima/los cigarros/los zapatos cerrados de las mujeres/la cerveza/ver juegos de futbol y ponerme nervioso/tocar las plantas de mi casa/los diminutivos esporádicos en el vocabulario de mi viejo/abrazar/joder a Karina para que me de un puño y después me de un abrazo/las pulseras/el canto del grillo/la extraña risa de los niños/los olores que recuerdan/los gestos/salir en familia/la comida que hacía mi abuela y su forma tímida de acariciar/Latinoamérica/escuchar a mi hermano tocar guitarra/escuchar a Rey tocando una rumba con cualquier cosa/las buenas películas/los cines pequeños/el café/viajar/coger guagua y escuchar a la gente/el rock argentino/Roque Dalton/la torta de jamón y queso de mi vieja/una almohada que Juancarlos me regaló cuando chico/el mate/el azar/la cartografía por culpa un poco de Karlo/la calvita que tiene Amarys/Melissa cuando dice que algo es hermoso/los hoyitos en la sonrisa de Natalia/las manos de mi viejo/la comida chilena/la navidad/tocar plenera hasta que se me hinche la mano/tratar de tocar guitarra/hablar al oido/tratar de escribir/comer como salvaje/la rara fe de algunos/la voz bajita de mi profesor de literatura/salir/las canecas de chichaito/leer de madrugada/la vigilia/sentarme en los banquitos/dormir poco y no tener sueño al otro día/las cartas/los buzones olvidados/la cordialidad/los asados/el guitarreo/los poemas que vuelven a uno impávido/ver a través de las ventanas/Radiohead/Cerati porque su música resume la ciudad/caminar por la calle/los árboles/el amor que une a mis viejos/las fotos/ver gente que no veía hace tiempo/recordar a mis muertos/morirme con ellos de cuando en vez/tener ojos/Benedetti a la máxima potencia/Blue Train/cruzar las manos/escuchar una canción veinte veces corridas/beber de gratis/Garcia Márquez y Pizarnik/el abrigo rojo que me tejió mi abuela en primer grado/no saber que va a ser de mi vida/ver a Mel dos minutos al año/la luna cuando esta redonda/la inocencia de los niños/Galeano/las velloneras con salsa vieja/arrastrar los pies cuando camino en mi casa/los senos y sus distintas formas/dar el máximo de piel y hueso/el nagchampa/unas plantitas amarillas que crecen en la universidad/el otoño/el suelo lleno de hojas/mudarme para extrañar las paredes de las casas/el charango/el silencio/los postres/cocinar con la familia/cocinar solo/los edificios destartalados del pueblo de Bayamón/el Parque Forestal de Santiago/las espinacas/el Jardín Botánico/la complicidad que se tienen los árboles/la sociológica/que se me erice la piel/la palabra bebonin/las personas que emplean la palabra bebonin/el vacío que deja una persona en su asiento cuando se baja del tren/las líneas de las manos/el cabello de las mujeres/el escalofrío que da cuando orino/ver a la gente rezar/cepillarme los dientes por seis minutos/la temperatura de las tres de la mañana/escuchar música bajo los efectos de sustancias alternas/los acentos extranjeros/el rubor de las prostitutas/los pájaros/los mariscos/la limonada/leer en mi mente/imaginarme a alguna gente vestida de abejita por culpa también de Karlo/la fidelidad de la sombra/los huequitos de sol a través de los árboles/ir a la playa hasta ver morir el sol/tener memoria.

miércoles, 16 de mayo de 2007

jueves, 10 de mayo de 2007

Poema sin título

a ella...

A veces asumo estas manos quietas
sin mapas ya,
y se me hace fácil nombrar las cosas simples.
El país al alcance del pie, la triste sinfonía
del gallo, el café necesario.
A veces sucede que el mundo se resume
en tres o cuatro niños de ésos
que siempre saludan al mar
con la breve nostalgia con que se mira
un buzón añoso.
A veces;
siempre a veces pasa que mientras intento
este poema hay mundos enormes,
hay perros y viejos sin más esperanza
que la muerte,
pájaros de vuelo extinto,
panaderos, tiernas prostitutas,
hay cárceles, bancos como éste
por ejemplo,
en donde escribo cosas
que no te nombren,
otoños y ciudades que no guarden tu tacto
para que no se desvele crudo
el hueso de tu ausencia.

jueves, 3 de mayo de 2007

Las casa y la lluvia


Fue a la cocina y abrió la tapa de la cafetera. Otra vez vacía. Enfurecido la arrojó contra la pared. El hambre le tenía las tripas deshechas. De pequeño creía que cuando alguien no comía en días, sus intestinos se comerían entre ellos. Hace mucho se dio cuenta que no era así, hace mucho; pero nuevamente le pasó por la cabeza esta posibilidad. Abrió la nevera con la esperanza de encontrar algo más que agua. La volvió a abrir por última vez. Cansado de siempre esperar a que apareciera algo de comer se tiró en el suelo a contemplar su casa vacía. Estaba cansado, cansadísimo más bien. A fuera llovía y el olor a tierra húmeda, mezclado con el de la pintura jodida de las paredes hacía pesado el aire. Estiró sus rodillas y los pies, cruzó los brazos y los apoyó en la cabeza. De pronto le vino sin motivo el recuerdo de todas las casas en las que había vivido. La lluvia siempre es una buena excusa para la memoria pensó. Cerró los ojos y ya era niño de nuevo. Ahora vestía unos pantalones cortos marrones, correa negra, camiseta gastada. Dibujaba en un escritorio pequeño que le había regalado su padre en su cumpleaños. No sabía bien que quería dibujar, miraba a su alrededor y nada. Hacía garabatos hasta que vio una figura. Trató de dibujarla para que no se le olvidase, porque sabía que si le sacaba la vista, la figura se desvanecería entre las manchas marrones y blancas de las losetas. Nunca mas la vio. Aquel día sintió cerca del esternón una sensación muy extraña que no supo explicar. Ahora dormía en el piso frio de madera, sin camisa, pantalones azules largos. Observaba a su alrededor y lo detuvo el sonido de un abanico de techo. El sonido le hacia sentir un poco miserable, aún así lo disfrutaba. Más tarde se contentó viendo a una pareja de mosquitos haciendo el amor. Los observó durante horas con una calma casi tierna, a fin de no estropearles el acto. Estaba fascinado mirando cada detalle de su vuelo, que era uno solo. Cerró los ojos para escuchar a la pareja con mayor atención. Parecía que bailaran suspendidos en el aire de un hilito. Un ruido estrepitoso lo sorpendió. Se levantó en una décima de segundo. Salió corriendo apresurado para que no le dieran una pela como la de hace tres días por su costumbre de vivir en casas abandonadas.

martes, 24 de abril de 2007

Lunes


Las paredes color gris combinaban con los uniformes. La misma comida de todos los días les causaba un rechazo automático en el estómago. A las cinco de la tarde se les permitía una hora de recreo, el resto del día se las inventaban para no volverse viejos prematuros. Por ejemplo: Jaime jugaba en una esquinita con dos canicas que Juan le había regalado antes de partir. A Julieta le gustaba dibujar. Siempre se las ingeniaba para dibujar en cualquier pedazo de papel. Lo más que le gustaba era hacer soles y florecitas con una crayola amarilla que le había obsequiado Jorge cuando se fue. En el orfanato, cada vez que uno de los niños se iba, entre ellos se dejaban pequeños recuerdos. Faltaba poco para el lunes, día en que todos se irían a una nueva casa con nuevos padres. Y encontrarían tal vez una nueva mascota, nuevos vecinos, nueva comida. Era lunes.
Blanca era otra de las niñas que esperaba impaciente en el pasillo a que llegaran los nuevos futuros padres. Se acercaba la hora. A todos le sudaban las manos, unos se rascaban la cabeza o se mordían las uñas desesperados. La espera era eterna.
Llegó la hora y los nervios no faltaron. En pocas horas no quedó ningún niño en el orfanato, salvo Blanca sentadita en el pasillo con una crayola, dos canicas y un dibujo de un sol enorme con un par de florecitas amarillas.

domingo, 22 de abril de 2007

La cartero


Durante la dictadura militar, prácticamente no existían las mujeres cartero. Ella existía. Su trabajo era su mayor fascinación. Al principio se contentaba siendo puente entre gentes. No saber a ciencia cierta lo que llevaba en su bolso, ese trozo de misterio era su mayor satisfacción. A medida que la dictadura empeoraba todo cambió. Dolores Guzmán fue despedida de su trabajo por cuestiones políticamente obvias. A su edad, dice que valió, valió la pena ser cartero. Lo único que guarda de aquellos años es su fiel memoria y un paquetito de cartas amarillentas que ha guardado por treinta años.
Aún se le aguan los ojos. Las cartas tienen distintos destinatarios y todas dicen lo mismo:
-Hola, excúseme de antemano por robarle su tiempo. Escribo porque estoy solo y porque quisiera saber que se siente recibir una carta.-
Manuel García Guzmán.

Dolores guarda las cartas de su hijo detenido desaparecido, en un cofrecito color marrón, justo al lado de su almohada.

La poeta


Ella es una de las mejores poetas; de esas que nadie conoce. Domina magistralmente su campo literario y el sentimiento que éste conlleva. Brinca de felicidad cuando conoce algo nuevo. Se pasa las horas jugando con las hormigas, construyendo para ellas, pequeñas ciudades de cartón. Un día un amigo se burló de alguien que ella recién había conocido. Con sus dos manitas se cubrió el rostro y lloró.
María José tiene cinco años, aún no sabe leer ni escribir. Vive en algún lugar de Santiago. Su mayor virtud es que aún no conoce la palabra.

El maquinista

Siempre esperaba con ansias el fin del mes. Su padre lo llevaba de paseo en tren. De todo lo que normalmente hacía: ir a la escuela, caminar por el vecindario, jugar al fútbol con sus compañeritos o a las escondidas; prefería la ventana del tren. Se quedaba horas observando como el paisaje se transfiguraba, se alejaba hasta que desaparecía. A lo lejos los árboles lucían como pequeñas plantitas, los edificios eran de papel y las personas pasaban a ser minúsculas hormigas.
Años más tarde Marcos consiguió trabajo como maquinista del tren. Ahí dejó su vida. En los pequeños momentos en que se desocupaba de maquinar, trataba de evocar su infancia, pero sus recuerdos se alejaban, se volvían cada vez más chiquitos y desaparecían.

La planta de tus pies

Sólo a veces
sin proponértelo
en ese espacio breve
se asoma tímida
una plantita verde
a revelarnos
el mundo.

Poema cotidiano

Allá afuera las nubes son pequeñas islas
aunque nadie se percate.
Aquí adentro un anciano sonríe
contento de su contentura.
Allá afuera el esqueletito de la aurora
se despide.
Aquí adentro pienso en vos, y
guardo tu gesto en los
bolsillos, como siempre.

Viejo

Quise construir tu abrazo frágil
como un niño construye un castillo de arena
teniendo en cuenta que el mar
duele y no perdona.
Hacerte un inventario de las calles
que no conociste, que nunca habitaste
para ver como pasaba el tiempo y la ciudad.
Tu mano es puente, la proximidad del cariño.
Viejo.
Ya son menos los abrazos que nos quedan.
Y yo, que soy ese niño que hacía
castillos a pesar del mar
trato de construir tu abrazo
con las hilachas de ternura que derramas
aunque el tiempo pase
y con él la ciudad.