lunes, 15 de octubre de 2007

paraguas




Cuando se despidieron él aguantaba el paraguas. Su tía Lucy le abrazó fuerte y puso en el bolsillo derecho de su chaqueta una piedra de regalo. Ella desapareció a lo lejos.
Poco a poco, él se fue internando en las aceras encharcadas y el bullicio de la ciudad. Le hizo señas a un taxi. Cerró el paraguas lentamente con la mirada perdida y comprendió que eso era el adiós.

1 comentario:

natalia dijo...

Y le pesaba la pierda...