miércoles, 4 de junio de 2008

Fedra

Lo conocí hace un tiempo. Su prima, que era bailarina de ballet, quedó sorda a raíz de una meningitis que le arrancó la música y los sonidos. Pensó que el resto sería silencio. Pero no.
Con su cuerpo bien pegadito, abraza el piano que su primo toca. El resto, fue baile.

3 comentarios:

Plasmando en el silencio dijo...

Claro que el silencio existe, hasta el momento en que nos percatamos y lo interrumpimos...!!

Gracias por visitarme

Unknown dijo...

que bonito..

Tienes el don de escribir algo tan triste como esto con una dulzura muy fina.


besos cris.

edmaris dijo...

estoy impresionada con la hermosura y la intensidad que consigues en estas seis liniecitas tan dolorosas, tienes un don, la sutileza es una de las cosas más difíciles de lograr (jaja al menos para mí)