viernes, 10 de agosto de 2007

¡Niños, no salgan a jugar!


¡Niños, no salgan a jugar! - replicó la madre de Jalîl con tono áspero-
Salieron a jugar en alguna calle del mundo. Jalîl propuso practicar el fútbol con una pelota hecha de papel y cinta adhesiva, de ésas que duran un rato. A los pocos minutos la pelota llegó a su fin. Rashîd propuso entonces, el juego del mar. Consistía en imaginar que el asfalto roto de la calle era el mar. De su bolsillo sacó un pedacito de tiza y comenzó a dibujar pequeños círculos irregulares en el asfalto, cada círculo era una isla. Todos tenían que saltar de isla en isla hasta llegar a la meta. El que se saliera de una isla perdía automáticamente y era devorado por tiburones imaginarios. Yucef fue el primero en llegar a la meta y en consecuencia tuvo la oportunidad de decidir cuál sería el próximo juego. No se le ocurría nada. De pronto se acordó del juego de las escondidas, ya que era experto escondiéndose. Lo conversó con sus amigos y todos estuvieron de acuerdo. Jugaron por un largo rato y ésta vez no fue la excepción. Yusef nunca fue encontrado.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Triste historia de niños talibanes jeje...

Ëthel dijo...

Jaja! Tremendo... son como los juegos que yo antes me inventaba, pobre niño que se escondió tan bien, o quizás no tanto, la idea del nunca ser encontrado puede traer ventajas, si lo pensamos mejor.....

Santey Herco dijo...

¿Las tortugas pueden volar?
"buenos días good morning
despabílate
en los ordenadores de la abuela
onu
no caben más cadáveres de
ruanda
los fundamentalistas degüellan a
extranjeros
predica el papa contra los
condones
havelange estrangula a maradona"

Mafalda jugaba a la bomba atomica, para juegos inmediatos, de carreras, hoy los juegos de los niños son islas de turrón, escondites de agua, laberintos sin luna, algo, algo siempre, pero son niños tratando de no ser adultos aun con mas fuerza, aun con mas dolor, aunque si le descubrieran verían que el mundo es una maquina que nos atropella, que el mundo es petroleo que nos ahoga, que el mundo es un emporio de dioses, que el mundo no quiere niños, que el mundo tiene miedo...

Completamente escuche figuras arropadas en las casas que esperan una noche sin correr, una noche soñando rayuelas...