lunes, 26 de noviembre de 2007

26.11.07

Mi vieja se levantó otra vez, preguntándome la hora y el día. Siempre se levanta en intervalos a cuestionarme las horas de los días.
¿A qué hora llegaste de la fiesta ayer? -me preguntó-
-Mami, ayer no salí. Estuve contigo
observándote mientras dormias-
Se le pierde la mirada y me sonríe.Ella no sabe que quiero ser como ella y no saber del tiempo,

ella no lo sabe.

8 comentarios:

Eliceo D. Anslevide Díaz dijo...

Esto me gusta mucho. Me gustaria leer mas en esa linea.

Sergio Gutiérrez Negrón dijo...

Ibarra,
esto me voló la cabeza.
mi favorito del blog.

Julia Valenzuela dijo...

muy bueno compañero, muy bueno.
Por eso mismo es que ya no uso reloj.

-un abrazo

Norelis Angélica dijo...

No sólo te escribo porque me dejó impactada sino porque tengo una doble agenda. Christian, te llevo leyendo desde hace unas semanas y me gustaría que te dieras una vuelta por mi nuevo blog, Lúgubre Manía de Vivir, para que me digas lo que piensas.
¿puedo añadirte a mis links?

NoreAngélica

Unknown dijo...

muy bueno Ibarra...


gracias por el apoyo!

seguiremos sintonizados

Unknown dijo...

eso es muy fácil

saca el termino "tiempo" de tu vocabulario, y bota tu reloj!

abrazoo, buen blog

Darich dijo...

mano, sabes que ese estilo me gusta mucho, ese y en del té pueden ser el principio de una buena antologias de relatos...
pa' lante!

Mara Pastor dijo...

muy triste, muy triste. en eso la belleza, saludos.